viernes, 3 de agosto de 2012

Promesa: Kevin De Bruyne


El Racing Genk ganó la liga 2010-2011. No deja de sonar extraño porque aunque es uno de los gallitos de la Jupiler Pro League, no suele conquistar muchos campeonatos nacionales. Históricamente siempre ha quedado por detrás del Anderletch, Brujas o Standard de Lieja. De hecho, esa liga fue la tercera que ganaba el club. Además, también ganó ese año la Supercopa de Bélgica, la única Supercopa que tiene el Genk. Se trataba de una buena unión de jugadores: Courtois, Vanden Borre, Töszer, Buffel, Vossen, pero sobretodo se trataba del hecho que contaba con el mejor jugador del campeonato: Kevin De Bruyne.

Kevin De Bruyne nació el 28 de junio del 1991 en Gante, al norte de Bélgica. Tiene 21 años (cuando ganó la liga y fue el mejor jugador de la liga belga tenía sólo 19) y juega en el Werder Bremen, cedido por el Chelsea FC.

Ya de entrada si el Chelsea se fija en un jugador tiene que ser bueno, pero el caso de De Bruyne tiene un significado especial para el equipo de Stanford Bridge. Recuerda, por su estilo de juego, al veterano Arjen Robben, un holandés que se encargó de dejar muy buen recuerdo al combinado blue.

Como Arjen, Kevin tiene soltura, una velocidad endiablada y una finta de espanto. De momento no tiene la mala suerte de Robben con las lesiones, sólo estuvo apartado dos meses de los terrenos de juego por una mononucleosis.

De Bruyne es un jugador que, con 19 años, rompió las cinturas de todos los laterales derechos del campeonato belga. Ese es otro parecido con Robben, empezó jugando en la izquierda, pegado a la línea de cal y esperando balones largos. Con el tiempo, empezó a tener más protagonismo en el equipo, haciendo diagonales y viniendo a jugar más al centro. Después ya jugaba por donde quería del esquema ofensivo. Y después se encargaba él sólo de armar cada ataque del Genk.

Sus cualidades siguen intactas, pero su juego se ha serenado, ahora puede levantar la cabeza y elegir la mejor opción, lee la jugada con más rapidez y se ha vuelto más colectivo. Lo tiene todo para comandar a su país hacia retos mayores, pero todavía es una promesa. Su siguiente paso: rendir fuera de Bélgica al mismo nivel que lo hacía en el Genk. Si lo hace así, volverá al Chelsea, y dejará de ser una promesa para ser una realidad.

En las imágenes, Kevin De Bruyne posando junto a la camiseta de su actual club, el Werder Bremen (izquierda), jugando un partido con el Chelsea FC (derecha) y con la camiseta del Racing Genk (abajo).



















Hazte amigo del balón.

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